domingo, 27 de marzo de 2016

Monólogo del hombre absurdo.

Sepa usted que...

A quien acosa la curiosidad,
también lo han de acosar las dudas,
y a las duras o a las maduras,
tendrá que aprender a atreverse a caminar.
Dejar atrás comodidad,
adentrarse en la penumbra
de lo que no conoce
darse golpes,
acostumbrarse a sufrir
lo fácil es acostumbrarse al goce.
Yo aún no lo hice,
sigo estancado en perderme
en medio de placeres
y rehuír los destrozos.
Me pregunto si será
porque me dí algunos batacazos
demasiado pronto.
Lo de digerir se va haciendo mejor con los años
y antaño,
era un crío primero extrovertido,
luego dolido y huraño
por el daño
que había sufrido.
¿Cuántas veces se ha repetido
ya este ciclo?
Retirarse,
renunciar a la lucha
porque nada merece la pena,
o esa es la sensación
que a mi juicio se proyecta,
sobre la mirada a un pasado
que no hay adjetivo apropiado
que pueda definirlo a estas alturas.
Loco por entenderme.
Motivo y consecuencia a un tiempo.
A cada paso que conozco de mí,
que devoro ansioso por asimilar,
mi cordura se disipa un poco más.
Es inútil a veces buscarme explicación.
Tengo 26 años
ni oficio ni beneficio,
y me pregunto si esto es lo que querría mi yo,
ya no de 9 o de 10,
si no de 16 años.
Hace 10 años...
¿cómo habría reaccionado a mi yo actual?
¿Sería tal,
que podría darme una palmada en la espalda?
Preguntas y respuestas largas.
Hoy no me apetece pensar ni contestar
a dudas tan atrasadas.

Un beso a la noche,
que es mi más fiel compañera,
y yo su escritor fantoche.
Hedonista y sin cheque...
Qué derroche.

miércoles, 2 de marzo de 2016

Entre dos mundos.

Me muevo entre la luz y la oscuridad,
el amor y el odio,
mundos separados por una cascada
de agua que refleja
lo que a cada lado separa.
Un loco de dos caras,
la buena y la mala,
la social y la amargada,
¿cual quieres conocer?
te invito a romper mi mala racha.
Hasta los huevos de las ratas,
de la incultura que nos mata,
quise alzarme hasta el sol,
pero Ícaro no me presto sus alas.
No me he alzado alto,
todo se ve distinto desde abajo,
cuando la sociedad te aplasta
y no eres más que un criajo.
Cansado de los tajos,
puñaladas traperas de los falsos,
de ser tan bueno que tonto
y meter siempre la pata.
Soy sincero y eso cansa,
como a un dealer las transas,
a la gente no le gusta
la gente que es honrada,
para nada.
Mucha boquilla y pocas plazas
tomadas por la democracia
tomarse una caña los viernes,
no va discutido con la lucha proletaria.
Manifas que dan gracia,
pidiendo piedad a una oligocracia,
el capital no entiende
de niños que no tienen casa.
¿Te unes o que pasa?
Se afilan las guadañas.
Empresarios en el banquete
que es mirarnos pa la cara.
Ellos ya no ven almas,
tan solo dinero fácil,
piden calma,
no nos toman por tontos, pero casi.
Es easy,
ve tranqui,
yo te quito la cartera,
ahora bien, tu no te enfades.
Cuando veo perroflautas,
diciendo medias verdades,
que no cogerían un fusil
para defender sus prioridades...
me cago en sus medias verdades
me cago en el ser respetable,
sea en el parlamento
o caminando por la calle.
Yo tengo odio de clase
hacia los empresarios y su desfase,
cocaína comprada
con el sudor de niños que hacen
zapatillas en el congo
en el vietnam, en china,
en bangladesh, como lo ves?
Te llega el sueldo a final de mes?
A Esperanza Aguirre tampoco,
es que es más pobre de lo que crees,
hace malabarismos para poder
tener caviar todos los meses.
Cazatalentos de lunes a jueves,
condesa todos los viernes,
durante el fin de semana,
risa maléfica ante lo que se cierne.
Y mientras yo aquí...
intentando recuperar mi fe
que la he perdido por la gente,
por la vida, por callar y decir "okay".
Por la puta face,
por todos aquellos que creéis,
porque creer está sobrevalorado,
yo solo quiero que no inventéis.
El infierno conspira a mis pies,
llevarse mi alma y darme vejez,
pero mi rabia no se la lleva nadie,
orgullo de ser yo, conmigo no podéis.