Dias intensos,
lucidez del clarividente,
no quieres enseñar los dientes
y te asustas facilmente.
Pero siempre,
volviendo al juego
siempre,
dispuesto a decirte hasta luego.
Hey vente.
Tengo malas intenciones
así que vente,
chica ninfa,
de los súcubos
acabé hasta el culo.
Ahora quiero ser yo el malo.
El que manda
y tiene el palo.
Algunas follan bien
y te hacen regalos,
otras no dicen rien...
y aún así te ponen a cien.
Bien, bien, ven,
tú, la chica inocente,
te voy a clavar los dientes,
comerte el coño
hasta que chorree como una fuente.
¿Quién te enseño
a ser tan diferente?
Lo puedo ver.
Yo leo en tu mente.
Veo dudas y tinieblas
porque tú quieres más,
pero no siempre sale como quieres
¿a mí me acompañarás?
Si no quieres,
no hay fallo, verás
de peces está lleno el mar
y tengo paciencia con las cañas.
¿Nos vamos de cañas?
Puedo descubrirte cosas inauditas,
soy tímido y me excitas,
pero no te lo voy a decir.
Me flipas.
Hay quien me revuelve las tripas,
tic tac, qué tipa,
se le acabó el tiempo
cien horitas de reloj.
Y el tiempo es oro,
y hay quien decide malgastarlo
y hacértelo perder a ti,
y les gusta mentir,
y por ahí si que no paso.
Así que si acaso,
ninfa bella, al ocaso
¿te vas a venir?
espero que digas que sí.
Y te espero allí.
En el oasis dónde descansan
mis miedos más profundos.
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